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Hace unos días, la escritora cubana Zoé Valdés presentó en la Casa de América de Madrid su último libro: «La ficción Fiddel», publicado por la editorial Planeta. La autora, aprovecha las páginas de su nueva obra para analizar el panorama cubano después de la revolución del que llama «glorioso para unos y fatídico para otros» año 1959, fecha en la que llegó al poder Fidel Castro.

«La ficción Fidel » defiende, pues, la tesis de que la isla vivía una situación mejor de lo que el Régimen Castrista ha hecho creer. El libro se adentra en la vida cubana cotidiana, la censura de las escuelas, los disidentes y desaparecidos y analiza el estado de la economía, la educación, la política y la sanidad. Valdés también centra sus páginas en las previsiones de futuro que le esperan a Cuba tras la desaparición de Fidel Castro así como de la posible vuelta de exiliados y lo que ello podría significar para su sociedad.

 

Durante la presentación del libro, la cubana no dudó en hacer afirmaciones tan duras como que «Castro es el mejor especialista de marketing de la historia, ya que creó un producto, la revolución cubana, y un héroe, el Che Guevara, que todo el mundo compró». «Castro ha llegado a dominar el mundo, y no lo sabemos», añadió.

 

Por otra parte, la escritora se declaró «sorprendida» por quienes ven en Raúl Castro una «figura de cambio» para el futuro de la isla caribeña ya que éste «estuvo presente en el cambio desde el principio», señaló refiriéndose a la Revolución del 59. Así, la autora calificó de «burla» el hecho de creer que la presencia del hermano de Fidel Castro en el poder sea sinónimo de cambio. «Hablar de reformas es faltar al respeto a los cubanos. Las verdaderas reformas vendrán con la libertad de todos los presos políticos, el pluripartidismo y elecciones libres», sentenció.

 

Según la editorial Planeta, se trata de «un libro cargado de dolor y de rabia, un alegato a gritos contra el propio exilio y el de miles de cubanos más, contra los presos, los ejecutados, los calumniados, y contra los países que han ayudado a mantener una dictadura cada vez más sin sentido».